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La llegada de inmigrantes no frena el descenso de la población en Asturias

Asturias perdió entre el 1 de enero y el 1 de julio de 2019 un total de 2.212 habitantes, pese a la llegada de 2.159 inmigrantes más de los que se fueron al exterior, cantidad insuficiente para compensar el saldo vegetativo negativo de la región, uno de los más acusados del país, y la salida de asturianos a otras comunidades autónomas.

En concreto, Asturias perdió el 0,22 por ciento de sus habitantes y finalizó el primer semestre del pasado año con una población de 1.019.993 habitantes, según las Cifras de Población (CP) y la Estadística de Migraciones (EM) difundidas este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Se trata de la segunda caída más acusada del país, tras Extremadura (0,25%), y sólo por delante de Castilla y León (0,20%) y de Galicia (0,06%), las cuatro comunidades que perdieron población en ese periodo, mientras que aumentó en las trece restantes.

Asturias mantiene así una senda contraria a la del conjunto del país, en el que la población residente aumentó en 163.336 personas en el primer semestre de 2019 lo que situó en 47.100.396 el numero total de habitantes.

Ese aumento es resultado de un saldo migratorio positivo de 209.097 personas, suficiente para compensar el saldo vegetativo (nacimientos menos defunciones) negativo de 45.002.

En el caso de Asturias, el saldo migratorio positivo fue de 1.935 personas ya que, pese a que se instalaron en la región 2.159 migrantes del exterior más de los que se fueron del Principado, también hubo 224 asturianos que se fueron a vivir a otras comunidades autónomas del país.

Aunque todas las comunidades autónomas tuvieron un saldo migratorio positivo con el exterior, Asturias se mantuvo, junto a Extremadura, La Rioja y Cantabria, entre las cuatro que lo tuvieron más bajo.

En el conjunto del país, el aumento de 163.336 residentes es el resultado de un saldo migratorio positivo de 209.097 personas, suficiente para compensar el saldo vegetativo (nacimientos menos defunciones) negativo de 45.002.

Entre enero y junio de 2019, la población creció en trece comunidades autónomas y se redujo en cuatro, así como en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

Si se desglosan los datos, en el primer semestre de 2019 nacieron 169.269 niños, una cifra que no fue suficiente para compensar las 214.218 defunciones que se produjeron en ese periodo.

Esos datos arrojaron un saldo negativo de 45.002 personas, que se vio compensado con un saldo migratorio positivo de 209.097 resultado de la llegada de 348.625 personas procedentes del extranjero y la salida de 139.528 habitantes (españoles y extranjeros). Se trata del saldo migratorio más elevado registrado en un semestre desde 2008, primer año del que hay datos.

 Es decir, que el crecimiento de la población del país -que se mantiene desde 2015- se debió al incremento de la población extranjera, ya que la de española se redujo.

Así, entre enero y junio de 2019, el número de extranjeros aumentó en 183.073 hasta los 5.023.279 debido, en gran medida, al saldo migratorio positivo de 205.678 personas.

Por el contrario, la población de nacionalidad española se redujo en 19.737 personas debido a que el saldo vegetativo negativo, de 67.195 personas, no fue compensado por la suma del saldo migratorio positivo (3.419) y de las adquisiciones de nacionalidad española (44.654 personas).

Y si nos ceñimos a los españoles nacidos en España, esta población se redujo en 63.447 personas en la primera mitad de 2019.

Por nacionalidades, los mayores incrementos se dieron en la población colombiana (27.920 personas más), venezolana (24.238) y marroquí (20.627) mientras solo se redujo la población de Ecuador (1.651) y de Rumanía (964).

No obstante, porcentualmente aumentaron más los procedentes de Venezuela (18,1%), Honduras (15,4%) y Colombia (14%) y se redujeron los de Ecuador (1,2%), Rumanía (0,1%) y Bulgaria (0,1%).

Entre enero y junio del pasado año, 348.625 personas procedentes del extranjero establecieron su residencia en España (un 21,8% más que un año antes), mientras que 139.528 personas abandonaron el país con destino a algún lugar extranjero (un 17,5% menos).

Del total de personas procedentes del extranjero 38.751, el 11,1%, eran españoles quienes también protagonizaron el 24,3% de las salidas (35.332), lo que supone el primer saldo positivo (3.419) de los españoles con el exterior en un semestre desde el inicio de la Estadística de Migraciones en 2008.

Advierte el INE de que las cifra de llegada de españoles no se corresponde solo con retornos, sino que la mayoría son personas con nacionalidad española nacidas en el extranjero (solo 14.934 personas de las 38.751 que inmigraron habían nacido en España).

Y procedían principalmente de Venezuela (6.487 personas), Reino Unido (2.883) y Ecuador (2.853), mientras que los principales países que eligieron para emigrar fueron Reino Unido (8.310 personas), Francia (4.235) y Alemania (3.258).

En cuanto a la población de nacionalidad extranjera, el saldo migratorio fue de 205.678 personas -positivo y creciente dese 2015-, resultado de una inmigración de 309.874 personas y una emigración de 104.196.

El número de inmigrantes extranjeros alcanza su valor más alto para un primer semestre desde 2009, mientras que el de emigrantes es el más bajo desde el inicio de la serie homogénea, en 2008.

Las principales nacionalidades de los inmigrantes extranjeros fueron la marroquí (34.885 llegadas), colombiana (34.433) y venezolana (26.202).

Por su parte, las nacionalidades de emigrantes más numerosas fueron la rumana (16.525 salidas), la marroquí (9.396) y la británica (6.049), que son las tres nacionalidades más numerosas entre la población extranjera residente.

Durante el primer semestre de 2019 la población creció en trece comunidades -encabezadas por Baleares (0,87%), Madrid (0,66%) y Canarias (0,61%)- y se redujo en cuatro -Extremadura (0,25%), Asturias (0,22%) y Castilla y León (0,20%), así como en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla; según recogió la agencia EFE.

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